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...Mientras Vivimos...

Cuentos para Princesas...

<strong>Cuentos para Princesas...</strong> Las princesas demasiado prudentes desconfían de los cumplidos de desconocidos; evitan así el riesgo de envenenarse. No hacen caso de las palabras con cierto aire de paloma y garras de halcón. No se dejan arrastrar por un impulso o una inoportuna carestía. No permiten que nadie les deje sin respuesta, y aún menos sin palabras. Creen saber que todo lo que el aire les traiga vendrá del viento, y el viento se lo volverá a llevar sin dejar un hálito que acuse de su existencia fugaz. No quieren envenenarse, no quieren creer.

Pero si no existieran princesas un poco más atrevidas, Blancanieves no habría mordido su manzana, no se quedaría atrapada en un sueño efímero, el cuento no habría existido, y ni tendríamos beso de príncipe ni comerían perdices. Es el sino de una sensación llamada aventura de la que hay que envenenarse si quieres vivir un cuento, un cuento que inspira miedo.

No se puede esperar un final feliz de una aventura tan llena de calamidades y maravillas. No se puede saber nada de lo que ocurrirá, no se puede torcer el futuro para ver lo que trae a hurtadillas. Las aventuras están hechas para ser vividas, no para apostar por su desenlace. Si Cupido es un cazador furtivo entonces es algo de lo que no puedes responsabilizarte, pero eso no significa que se le pueda ignorar. Si al menos supieramos lo que somos de los demás, lo que nos queda de cada persona que estuvo demasiado cerca, al menos, si importara menos el beso y más el momento, si se ignorara el quién y se viviera más el cómo, al menos, habrían menos gatos en los tejados, maullando tristemente con la luna llena.

Los cuentos de hadas son para las princesas inocentes, o atrevidas, según se mire. Las aventuras se hicieron para las princesas desconfiadas. Es igual si quieres soñar con dulzura, o vivir intensamente. Cada alma tiene su aventura gemela, o su mitad del cuento. Pero es preciso envenenarse, morir, sentirse morir, sólo ver la luz al final del tunel y encontrar allí a la persona, la única que alumbra lo poco que no se despedaza de ti. Hay que envenenarse, tienes que creer.

Gracias Fermín, por este texto que me regalaste hace tiempo ya, y que aún cada noche leo antes de ir a dormir
Y en la torre del castillo suena... "Gran sol" Marlango

7 comentarios

Nube -

A veces creo en los cuentos d hadas, y a veces no... Pero en el fondo, la niña q habita en mi, sigue esperando a su principe en un corcél blanco... :)

Un relato muy lindo, besitos.

Lalwënde -

Qué preciosidad de relato... y qué suerte tener el privilegio de leerlo cada noche, gracias por compartirlo :)
Y qué maravilloso es sentirse envenenado...
Miles de besitos!

Ever After -

Qué bonito vivir así... pero es que yo no soy princesa! Aunque si desconfiada, aventurera, atrevida, inocente...

Un besazo!!

Pedro Glup -

Se me fué el dedo.
No soy anónimo
(Creo)

Anónimo -

"es preciso envenenarse, morir, sentirse morir"
Cierto, Fermín. Cierto, Tharsis. Cierto, Pedro. Cierto, KATREyuk. Cierto Angel Caído.Cierto.
Pero que muerte tan dulce.

KATREyuk -

Sin duda, un texto precioso...
Aunque no siempre las manzanas que mordemos llevan veneno...
Un abrazo Tharsis

Angel Caído -

Blancanieves no fue atrevida ... simplemente fue inocente y descuidada , se comió la manzana sin más ...
Aventurera fue la Sirenita :P , que dió lo que la hacía ser a ella misma para estar con su amado ... o al menos intentarlo ,tirarse al vacio sin saber que puede pasar cegada por el amor y al final acabo con su principe y comieron todos ... mmmm todo menos peces no?